Un día, como dice una de las letras de mi adorado Serrat, la vida te besa en la boca... y no te deja casi aliento para pensar, en un segundo las páginas amarillas de tus libros gastados por el tiempo y por las ganas que pusiste en ellos empiezan a resquebrajarse y no te queda más que un poco de polvo que se te escurre entre los dedos...
Entoces un silbido llama tu atención, es un silbido grave y sonoro...es tu tren que pasa a recogerte y esta vez no lo dejas marchar sin ti...es la vida que te sorprende con una vela cálida cuando creías que se había apagado la luz, es Dios que ha dejado que un milagro se cuele entre las nubes y lo recojas tú.
La vida te besa en la boca de vez en cuando, solo de vez en cuando, para que siempre sea muy especial, para que no se convierta en costumbre y te deje de gustar...porque la vida señores, la vida es agridulce como el limón, por eso en los momentos agrios piensen todos en el último beso que la vida les dejó y en lo bonito e intenso que será el siguiente...