
Una vez creí que lo que había dentro de mí calcificado se hallaba,
tristemente me vi reflejada en el vagón de un tranvía y vi lo que en mi alma había
aun era pronto ,
y aunque no sé cuando,
imagino que llegara el día en que cese mi llanto,
porque aunque sufrir es el modo de estar activo sin hacer nada,
deje de contar ovejas para irme a la cama,
ahora cuento los defectos que me quiero corregir
palpando los barrotes entre los que estoy obligada a vivir,
merodeo, veo,leo, lo que por mi mente pasa y confusa, difusa,
veo que la gente pasa,
por delante de mi celda dorada,
pero nadie me oye y nadie me extraña,
lo malo de cambiar lo que dentro del envoltorio se halla...
es que no importe lo de dentro y el envoltorio ya no valga...