De pequeños jugamos a ser mayores y de mayores jugamos a ser pequeños, siempre a contracorriente...
De pequeños nuestros sentimientos son puros, inocentes,despiertos,frescos,nuevos, en nuestros ojos solo hay verdad...
si mentimos nos da la risa tonta y riendo nos pasamos la mayor parte del tiempo.
Nos reímos con cualquier cosa, una caída de un amigo nos da para media hora y una película de aventuras, dibujos o princesas nos deja sin pestañear hasta el último segundo y cuando termina enuncias tu pregunta favorita: ¿podemos volverla a ver?
De pequeños nuestros familiares mayores son enormes, tan grandes como castillos y tienen trabajos y aficiones muy pero que muy importantes.
De pequeños tenemos un mejor amigo, un peluche favorito, un rincón de los juguetes y unas manitas rechonchas para desordenarlo todo.
De pequeños una mirada de castigo basta para dejarte helado, inmóvil y deshacer lo estuvieras haciendo.
De pequeños una mala pesadilla se pasaba con un vaso de leche calentita, un beso y un que sueñes con los angelitos.
De pequeños ir de la manos de tu primo el mayor o de tu hermano el mayor era increíble, de repente te sentías más importante que cualquiera.
Patinar, ir al zoo, jugar a las chapas, a las canicas, disfrazarse y el bocadillo de media mañana eran los complementos ideales para ser feliz!
Ahora de mayor, particularmente yo...he jugado a ser pequeña este último fin de semana... he patinado, he jugado con pirañas y pingüinos, he sentido el miedo de cuando no hay luz y estás sólo pero una mano amiga me alivió ese sentimiento, he corrido emocionada hacia un show infantil tirando de una manga para que me siguieran, he saboreado ese almuerzo de media mañana y de repente estaba llena de luz!
Me he mirado en el espejo y tengo de nuevo seis años, con mi pelo alborotado imposible de peinar y letrero que dice, preparada para aterrizar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario